Los fantasmas rondaban, se oía su respiración... Los cuerpos temblaban, los cuerpos gritaban sordos, nadie ...simplemente, nadie. Cuando la máscara se cayó, el latir aturdía, los gritos rajaron las pieles... Vinieron silencios de ultratumba, llegaron sacudones penetrantes, pocos ayudaron, pocos creyeron...esos, los leales, lo hicieron. Así comprendí, pude razonar en mi ignorancia: es más fácil negar y presumir que enfrentar y sostener...