cosas que pasan aquí...

La clase transcurría, increíblemente con mucho silencio. Aquel grupo no era el de los más tranquilos. Muchas miradas, muchas intrigas, muchas ideas, pocas edades, gran alboroto. Así sucedía comúnmente. No aquel martes. Todos estaban atentos a mis palabras, copiaron, armaron grupos y se dispusieron a trabajar.  En mi mente, vagaba la idea de tus palabras. Estaba convencida de que algo debía comenzar a hacer, no podía dejar pasar más los días y permitir que ciertas molestias se agravaran. Ellos no debían enterarse de mis planes, simplemente influir en ellos como guía de lo que esperaba fueran sus respuestas.  Allí me encontraba yo, detrás del escritorio, como protegiendo mi ataque, como en observación de mi campo de batalla. Por un momento pensé:  ¿qué es lo peor que puede pasar?...y a partir de allí comenzó mi labor. Les indiqué dejar lo que estaban haciendo, tarea que no los disgustó demasiado. Solicité que se pararan en sus lugares y armaran una ronda. Así fue como quedaro

Ese día yo era la nueva, la foránea, la observada. Vos pisabas con pie de plomo, tenías certezas, respuestas y conocías el terreno. Me sentí débil, invadida; pero tenía un objetivo claro.  El pasar del tiempo, circunstancias y momentos nos unen, nos acercan. Siento en tu presencia el imán que nos proyecta.  Tenemos mucho en común y sin querer o queriendo, algo empieza a surgir.  A veces con sinceridad bruta fuimos dando nuestras vidas, para conocerlas, otras veces con miradas o silencios cómplices pudimos entendernos. La amistad tiene sus vaguedades y certezas, la nuestra comienza a afianzarse en la confianza demostrada, en instantes compartidos. Percibo tu sinceridad, brindo lo mismo.                                       ¡Adelante!

Esta vez me sorprendí, solo dijo poca cosa. Con paz en abundancia, con palabras simples, quedé en silencio con casi nada. Me hizo ir para adentro. Noté en su mirada cristalina, la tristeza de su alma, haberla perdido lo desgarraba, quien había dado todo por él, ahora no estaba. Y le tocaba contármelo, como con obligación, pero esa que da el orgullo de ser el hijo amado, el que siempre estuvo. Se fue porque su alma se inundó de pesares, no pudo superarlos. Y cuando se dignaba descansar, sólo y simplemente, descansó. Somos seres espirituales, me dijo. ¿Será que cada uno guardará para sí todo lo que elige?...Pero a veces trae lo que enferma y contradice.. ¿Lo del cuerpo va al alma? o será a la inversa...esa pregunta me circunda. ¿Será que si nos liberamos de las penas tendremos vida eterna?...

Mi espíritu se desangra deseos y quereres están en guerra ¿A quién escuchar? Cuando los unos sean felices los otros sentirán la tormenta. Cuando completemos el círculo otros ángulos serán eclipsados ¿Priorizamos lo que sentimos  o desdeñamos el misterio?

te pienso sin esfuerzo, miro tu rostro de papel y se me inundan los ojos quiero tenerte... ante lo imposible; solo resta imaginar y recordar.

                              Aunque dure un mes,                                  aunque sea efímero,                                   serían los mínimos instantes                                     eternos en mi ser

Camionero, porque es el trabajo que le da de comer. Carpintero, porque algunos nacen con mucho amor que dar. Familiero, todo por sus dos hijos, hasta negarse al amor de su vida. No corrió tras ella, y eso hizo que derramara soledades por mucho tiempo, cuando la encontró de nuevo, lloraron juntos. Muchos amigos en el haber, algunos con huella indescriptible en su alma cada vez más enriquecida.  Alto, robusto, con barba prolija y muy acostumbrada al paso de la mano sobre ella. Habla pausado, con palabras propias y prestadas, con silencios que muestran historias profundas y dolorosas. De risa fácil y fresca, de humor equilibrado, de verborragias espontáneas, un ser de total y completo aplomo. Con demasiada carga en su camino, pero con un amplio hombro donde supo acomodar su cruz. Nombra a su padre como alguien humilde, franco, sabio y honesto, al límite de no comprenderlo; hasta hoy, en el que él está en sus zapatos. Hora y media de relatos, de intercambios, de percibir un gran homb

CUANTAS VIDAS, CUANTAS PREGUNTAS Y RESPUESTAS. DESEOS DE SER ESCUCHADOS, DESEOS DE AGRADAR. MOMENTOS COMPARTIDOS INSTANTES DE RELATOS, RECIBO TODO ESO QUE A POCOS HAS CONTADO. Y AGRADEZCO A ESTA VIDA LO MUCHO, ENSEÑADO.

Estás ahí, lo sé me acaricias desde lejos te siento,simplemente. Tu ser me atrapa tu silencio me inquieta la unión que surge no la explica el deseo. Será sólo por esta vez, así me disculpo por este amor aunque la grandeza que le das a mi piel hace palpitar el cuerpo entero. El recuerdo constante no permite volver atrás, ¿qué me hiciste? pregunto, y respondes sólo vine a tu vida.