La alegría que esperaba de sus ojos, iba a ser la misma que ya conozco, esa que quiero que perdure, esa que me endulza de vez en cuando. El imaginar el mismo brillo resplandeciente de su sonrisa, la que a veces llena de paz mi ser, la que me perdió el día que lo conocí sin sospechar que de allí saldría el peor fuego hiriente, pronunciando mi nombre. Soñar las caricias y suavidades que esperé recibir de tus manitos, porque iba a enseñarte que las manos sirven para eso y mucho más. Aunque el tiempo no me permitió ese regalo de vida, porque las manos, que se parecen a las tuyas, fueron capaces de arrancarme, de arrebatarme, la alegría, el brillo, las caricias y suavidades que deseaba sentir después de nueve lunas. Porque, debo confesarlo hijo mío, las manos sirven para mucho más...
Mi espíritu se desangra deseos y quereres están en guerra ¿A quién escuchar? Cuando los unos sean felices los otros sentirán la tormenta. Cuando completemos el círculo otros ángulos serán eclipsados ¿Priorizamos lo que sentimos o desdeñamos el misterio?
Estás ahí, lo sé me acaricias desde lejos te siento,simplemente. Tu ser me atrapa tu silencio me inquieta la unión que surge no la explica el deseo. Será sólo por esta vez, así me disculpo por este amor aunque la grandeza que le das a mi piel hace palpitar el cuerpo entero. El recuerdo constante no permite volver atrás, ¿qué me hiciste? pregunto, y respondes sólo vine a tu vida.
Comentarios
Publicar un comentario