En su mirada

Esta vez me sorprendí, solo dijo poca cosa. Con paz en abundancia, con palabras simples, quedé en silencio con casi nada. Me hizo ir para adentro. Noté en su mirada cristalina, la tristeza de su alma, haberla perdido lo desgarraba, quien había dado todo por él, ahora no estaba. Y le tocaba contármelo, como con obligación, pero esa que da el orgullo de ser el hijo amado, el que siempre estuvo. Se fue porque su alma se inundó de pesares, no pudo superarlos. Y cuando se dignaba descansar, sólo y simplemente, descansó.
Somos seres espirituales, me dijo.

¿Será que cada uno guardará para sí todo lo que elige?...Pero a veces trae lo que enferma y contradice..
¿Lo del cuerpo va al alma? o será a la inversa...esa pregunta me circunda.
¿Será que si nos liberamos de las penas tendremos vida eterna?...

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