Conmigo, siempre

Presente, sí, esa es la palabra que la define.
Cuando infante, perpetrábamos los más atroces crímenes en contra de todo lo que gozara de limpieza. Traía dulces inmediatamente después de que hubiera quedado brillosa de higiene de pies a cabeza, perturbando así la belleza de las trencitas y el vestido rosa de puntillas. Entre mi madre y ella existe un amor superior, ése de la complicidad que sólo tienen los hermanos mayores cuando han cuidado cada detalle del más pequeño. Pero conmigo era distinto, en esa etapa era mi hada madrina, esa que en los cuentos es incondicional con la protagonista, la que con una palabra te convence, te hace pensar y llega a lo profundo de tu ser. .....Pero no solo de placeres terrenales se ocupó mi hada, también me acompañó, me perdonó, me supo comprender y me puso en vereda también.
Años pasan, amores quedan.
Ella ha sabido ganarse mi respeto, mi confianza, el título de tía no alcanza. Es mi hada presente.

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